viernes, agosto 11, 2006

Paisaje de una huida.

Hay momentos de tu vida en los que te encuentras desubicado, fuera de lugar en todo momento ya que no encuentras tu espacio vital. Entonces comienzas la búsqueda de tu Ítaca personal, un lugar (no siempre físico) donde encontrarte contigo mismos y donde estar en armonía con lo que te rodea.

A veces lo buscas a miles de kilómetros, pero habitualmente tus fantasmas viajan contigo adheridos a tu alma como un pesado equipaje. Otras intentas cambiar la realidad que te envuelve, intentando transformar todo aquello que no te agrada y con lo que tienes que convivir día a día. Otras veces, en cambio, simplemente es una búsqueda interior en lo profundo de tu ser.

A pesar de que te encuentres fuera del mundo, siempre te quedan pequeños oasis de libertad.

Yo, por de pronto, me voy a la playa. Desconecto el móvil y escondo el reloj. Por un momento disfruto de una ansiada libertad y mantengo largas conversaciones conmigo misma. Ahora solo me falta decidir una dirección y emprender una senda.

No sé si encontraré lo que busco al final del camino, pero como dice Cavafis :

" Si vas a emprender el viaje hacia Itaca, pide que tu camino sea largo, rico en experiencias, en conocimiento. (...)

Ten siempre a Itaca en la memoria. Llegar allí es tu meta. Mas no apresures el viaje. Mejor que se extienda largos años; y en tu vejez arribes a la isla con cuanto hayas ganado en el camino, sin esperar que Itaca te enriquezca. Itaca te regaló un hermoso viaje. Sin ella el camino no hubieras emprendido. Mas ninguna otra cosa puede darte. Aunque pobre la encuentres, no te engañará Itaca. Rico en saber y en vida, como has vuelto, comprendes ya qué significan las Itacas. "

Agradecimientos a Sergio Moreno por cederme una de sus estupendas fotografías .

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