jueves, julio 27, 2006

DEJA VU y otros fenómenos (in)explicables

¿A quién no le ha pasado alguna vez en medio de una reunión de amigos, comprando en el supermercado o sentado en el sofa de casa pensar: esto lo he vivido yo antes? No cabe duda de que hemos vivido situaciones muy similares en multitud de ocasiones pero tenemos la certeza de haber vivido ese momento justo, idéntico, exactamente el mismo, anteriormente. Entonces nos entra un desconcierto vital, una terrible duda e intentamos evocar rápidamente lo que va a suceder a continuación.

Por un momento jugamos con un pequeño as en nuestra manga para ganar al desoncertante futuro, porque sin quererlo piensas, si soy capaz de saber lo que va a suceder ahora mismo quizás lo pueda hacer en otras situaciones. Piensas, que quizás, sólo quizás seas una persona intuitiva con una capacidad por encima del resto, y quizás puedas ser capaz de ver más allá, y quizás, quizás... Pero no eres capaz de lograr recordar "lo que vendrá después", y entonces de repente caes en la cuenta que simplemente has tenido un déjà vu.

Entonces te viene a la cabeza esa persona inteligente y racional, normalmente amigo empollón, que te ha explicado en numerosas ocasionaes de modo cientícico y convincente que el déjà vu no es un acto de precognición o profecía sino en realidad una anomalía de la memoria: la impresión de que una experiencia está siendo recordada, cuando no es así. Entonces vuelves a la realidad, asumiendo que no tienes ninguna capacidad especial para ver más allá de tus narices y de que el futuro va a seguir siendo igual de incierto, y con un poco de mala suerte, igual de chungo.

Yo personalmente agradezco a los científicos y estudiosos toda su labor por aportarnos conocimiento sobre el mundo, el ser humano y el universo, pero hay veces que casi preferiría seguir creyéndome esas pequeñas mentiras que ha inventado el ser humano para autosatisfacerse y que, aunque estúpidas y sin sentido, no hacen daño a nadie y dan un poco de magia a nuestras vidas.

Todos tenemos asumido que si estornudas, obviamente, no estás ni tirando los demonios de tu cuerpo ni se te está escapando el alma por la boca, como se creía en varias culturas occidentales, pero todo el mundo agradecemos un salud por parte de tus acompañantes, aunque sólo sea como un acto de pura cortesía. Yo, personalmente, prefiero el significado que le dan en la India donde se cree que cuando alguien estornuda es que recuerda o es recordado por alguien querido. Aunque para nosotros suene a tremenda ignorancia, seguramente a un indio, en cuanto termine su expiración, en vez de pensar en porqué le pica la nariz, hará inventario de sus personas queridas bajarando quién de ellos se habrá acordado de él en ese instante. Un resfriado que para nosotros es algo parecido a una tortura será visto con más agrado por ese indio, que inocentemente estará sonriente todo el día pensando en lo querido que es.

Volviendo a nuestro amigo empollón, en su alarde de conocimiento cuando os explicó el dèjá vu, seguro que también os enumeró y explicó otros fallos del cerebro: jamais vu (‘nunca visto’), presque vu (‘casi visto’), dèjá senti (‘ya sentido’), dèjá prouve (‘ya experimentado’) y, mi favorito, el dèjá visité (‘ya visitado’). El dèjá visité es ese misterioso conocimiento de un lugar nuevo. Uno puede saber encontrar el camino por una ciudad o lugar nuevo sabiendo, al mismo tiempo, que no puede ser posible. Yo lo viví en un pequeño pueblo costero inglés y la sensación es inexplicable.

Así que, a todos vosotros, bienvenidos a mi espacio. Si alguno tiene la sensación de familiaridad o de conocimiento previo de todo lo recogido aquí, siempre podeis pensar que es por un fallo de vuestro cerebro, porque Matrix es algo más que una película o porque en el mundo todavía existe un poquito de magia. Vosotros decidís.