miércoles, septiembre 27, 2006

Onanistas.


"No hables mal de la masturbación. Es la única manera segura de hacer el amor con alguien a quien se ama". Annie Hall.

Tras siglos y siglos de condena, parece que llegados al siglo XXI la masturbación comienza a ser algo aceptado por una gran mayoría. Es curioso como consideramos lógico el propociornarlos a nosotros mismos placer físico al tiempo que llevamos el concepto de autocrítica hasta límites que rozan lo extremo.
A pesar de la genialidad de la frase de Woody Allen discrepo en un aspecto: la masturbación se convierte en un acto de amor con alguien a quien se detesta, en muchos casos. Actualmente, por lo visto, considerarse a uno mismo como autoexigente es algo digno de admiración. Yo creo que para una gran mayoría esa autoexigencia se ha terminado convirtiendo en una lenta pero firme autodestrucción. Me ha sorprendido conocer a personas con una grandisima capacidad, seres increíbles, que pasan gran parte de su vida fustigándose por lo que no son y por lo que nunca llegarán a ser. Me he horrorizado viendo a mujeres guapísimas odiando su propio reflejo en un espejo, e intentando alcanzar por cualquier medio un cánon de belleza plástificado y con fecha de caducidad. Me ha apenado conocer hombres que hacían alardes de fuerza no sólo física, sino también psíquica o emocial para ratificar delante de todos los ojos expectantes su hombría, a pesar de estar destrozados por dentro.
El ser humano es egoista y piensa en sí mismo por encima del resto, es inevitable, venimos marcado por las reglas de la supervivencia. Pero contradictoriamente, todo nuestro afán por acumular y obtener lo más posible cada uno para sí , choca con nuestra incapacidad de aceptarnos tal y como somos. En ningún momento hablo de pensar que somos la hostia, mejores que nadie. No. Todos somos vulgares, al fin y al cabo, dentro de un mundo tan grande, pero no debemos olvidar que en nuestro propio espacio, en nuestro universo particular, somos alguien especial.
Yo abogo por intentar mejorar, superarnos e intentar"ser mejores", si es que alguien sabe lo que eso significa. Pero al final, lo único que nos queda es reírnos de nosotros mismos, y aceptar que, nos guste o no nunca seremos perfectos. Se trata de simplemente de intentar caernos bien a pesar de ello. Así como cuando hacemos el amor de alguien del que estamos enamorado en ese instante nos resulta imposible verle como alguien vulgar y sin valor, cuando practiquemos la masturbación debería ser igual. Estamos ante una persona capaz de hacernos feliz y debemos corresponderle como se merece.
Así yo apuesto porque todos seamos onanistas, no sólo fisica, sino también mentalmente. Seguro que el mundo sería un poco menos horrible, y seguramente, tendríamos mayor capacidad para amar y disfrutar del resto de la humanidad.

Fotografía de Helmut Newton.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me tomó mucho tiempo *aprender* a reirme de mí mismo, especialmente en los momentos en que saltaba con alguna autocrítica no fundamentada en algo sano... pero expresar esa crítica y oirme decirla con mi propia voz no conducen mas que a la risa, luego de encontrada la valentía. me gustó mucho este post. =)

Anónimo dijo...

Ah, pues tiene mucha cordura lo que escribes, simplemente hay que tratar de ser mejores para al final reirse de uno mismo, es así. Del onanismo como práctica recomendable ya no lo veo así, yo no creo que ese acto sirva para algo en especial, me parece aburrido y sin incentivo si tenemos pareja.