lunes, octubre 02, 2006

Mi bella Lola

Lola tiene 17 años, unos ojos pardos inmensos y las mejores notas de toda su clase. Su sueño es estudiar derecho. Aunque no lo sabe, llegará un día a ser juez, ya que tiene el sentido de la justicia arraigado en lo más hondo de su ser. Lola es inteligente, locuaz y divertida, tiene amigos y familia, pero se siente sola y vacía.

Lola se mira al espejo desnuda y mil agujas se clava en su pecho. Aborrece el reflejo que se ofrece a sus ojos. Cuando pasea por los pasillos del instituto mira con envidia a las chicas con formas sinuosas, gordas o flacas, altas o bajas, y le dan ganas de gritarles, no sabéis lo afortunadas que sois. Lola sueña con una belleza que nadie le ha otorgado. Imagina un cuerpo que no es el suyo mientras acaricia su rostro, demacrado por una pubertad que no ha solicitado y un vello que destroza la armonía de sus facciones. Lo que para muchos es la transformación a mariposa, para ella se está convirtiendo en metamorfosis hacia un ser monstruoso en el que no se reconoce.

Lola sabe que puede superar el dolor físico, puede luchar contra la incomprensión, pero no se ve incapaz de saltar la barrera del rechazo. Todavía no es consciente de que tendrá que dar las gracias a todos aquellos no van a creer en ella, gracias a todos los que esperarán verla fracasar, a los que no la comprenderán y a los que no la apoyarán, que serán muchos. Tendrá que dar las gracias, incluso, a todos los que la marginarán, insultarán y despreciarán. Y lo tendrá que hacer, porque sin su inestimable ayuda será incapaz de superar todos los obstáculos que le esperan. Lola es una mujer fuerte a pesar de juventud, una luchadora incansable, que va a hacer de sí misma la mujer que siempre ha querido ser.

Lola, sabe quién es y cómo se llama, a pesar de sus 17 años, de su incipiente barba y de su DNI, donde se lee José Alberto, varón.
Serie ESPACIOS VACÍOS

1 comentario:

۞ D dijo...

vaya.. este post crecio desde la otra vez que pasé por aca..

hay algo de alquimia aquí, con eso de ver las dificultades como oportunidades de crecimiento, y agradecer a quienes molestan por empujarnos (o incluso forzarnos) a ser mejores..